En el blog anterior analizamos el primer elemento de la fotografía minimalista de producto, el espacio negativo. Hoy aprenderemos a contextualizar el producto correctamente.
Aunque el minimalismo exige los elementos mínimos en un encuadre, esto no debe limitar la transmisión de historias, emociones, o atmósferas a nuestros espectadores.
A continuación te muestro 4 formas útiles en que puedes hacerlo:
- Dale ideas a tu cliente sobre el lugar o entorno donde podría consumir o utilizar tu producto.
Por ejemplo, de camino a algún lugar, con amigos, o en la mañana mientras lees un periódico.



- Describe de qué está hecho tu producto, ya sea de forma literal o figurada.
¿Cómo le dirías a tu cliente que la pasta tiene sabor a dulce, sin que éste la pruebe? ¿o que el aroma de la loción es de cítricos, sin que éste la huela?



- Muestra la variedad de tu catálogo. Si tienes varios sabores, o si tu producto alcanza su máximo potencial cuando lo combinas con otro de tus productos. Como ese outfit con la canasta, o la hamburguesa con esas papas ¡díselo al cliente!



- Finalmente, aprovecha los elementos incluidos para reforzar el branding de tu marca. Haz referencia a tu logo, al nuevo diseño de tu empaque, o a tu categoría o misión; productos orgánicos, ecofriendly, artesanales, locales etc



Estas son algunas ideas para contextualizar tu producto, sé creativo y ten el ojo muy abierto para identificar qué elementos aportan y no estorban. Recuerda que todo lo que salga en tu encuadre debe estar fríamente calculado.
Nos vemos en el próximo blog para conocer la tercera característica de la fotografía de producto minimalista.
Si quieres que te ayudemos con alguna idea, escríbeme a soypaolalm@gmail.com
Atte: Pao López